jueves, 30 de septiembre de 2010

Cata en el Aeropuerto Central Ciudad Real



21 de septiembre, Aeropuerto Central Ciudad Real. “Would you like to take white or red wine?" De esta forma recibió el equipo del programa ‘A qué te recuerda’ a los pasajeros del vuelo de Ryanair el martes 21 de septiembre. Muchos de ellos aún con la sonrisa de no saber bien a qué se debía la organización de una cata en la zona de llegadas del Aeropuerto Central Ciudad Real, los viajeros ingleses –más activos- y en su mayoría españoles aceptaron con buen grado atender los requerimientos de la sumiller del Mesón Octavio, Belén García, para sumergirse en los sentidos del mayor patrimonio que tiene hoy por hoy Castilla-La Mancha: su excelente vino.



El objetivo no era otro que hacerles ver a los viajeros que desde la entrada por la puerta internacional de la región, esta tierra huele, sabe y sueña con vino. Pese a que aún queda mucho camino por recorrer, iniciativas de este tipo son necesarias para ir explotando el mayor viñedo del mundo, tanto para los que llegan de otros países como los más próximos.

Para la ocasión se pidió la colaboración de una bodega ciudadrealeña, cercana, de Manzanares, Vinícola de Castilla. Alfonso Monsalve, su director, nunca falla a estos requerimientos y ofreció degustar un Señorío de Guadianeja (Chardonnay, 2009) y un vino espumoso Cantares. Además, todos los pasajeros y la tripulación se llevaron una botella de vino tinto Calatrava (Reserva, 2001) o de Señorío de Guadianeja (Crianza, 2006).


La experiencia resultó altamente positiva. Los ingleses se fueron con el sabor de boca de que Ciudad Real y Castilla-La Mancha saben a vino y se les daba las primeras nociones básicas de lo que se encontrarán en su estancia en esta tierra. Y también sirvió para que los propios manchegos se introduzcan en un sector, muchas veces desprestigiado por sus propios habitantes y que no tiene nada que envidiar a los caldos ni de otras regiones ni de otros países.
Con esta primera toma de contacto, el propósito del Aeropuerto Central Ciudad Real es que sus instalaciones sirvan de escaparte para la promoción del turismo enológico. Esta primera prueba fue superada con éxito, y augura, gracias al trabajo y generosidad del equipo de ‘A qué te recuerda’, futuras citas con el vino como protagonista.

Diego Murillo,
Jefe de Comunicación y Prensa
Aeropuerto Central Ciudad Real

lunes, 20 de septiembre de 2010

Pago Casa del Blanco: Corazón de La Mancha Quijotesca



9 de septiembre. Último día de vendimia en Pago Casa del Blanco, Manzanares. Con la variedad Cabernet franc se da por terminada la campaña 2010. Se ha recogido el fruto de todo un año de trabajo.

Desde el 25 de julio de 2010 los vinos Quixote, tras muchos años de esfuerzo y de demostrar una calidad reconocida, ya tienen la denominación de “Pago”: Pago Casa del Blanco. ¡Enhorabuena!


Visitamos a nuestros amigos de Quixote. La tarde es perfecta, disfrutamos de los últimos rayos de sol que se van escondiendo tras la llanura manchega. Como los buenos vinos, Antonio Merino, enólogo de la bodega, se hace esperar. Se esconde entre depósitos y, recogiendo ese último racimo de uva, nos acompaña al viñedo y a cada paso nos va desvelando cómo ha sido el año, la vendimia, la calidad de las uvas. Así vamos descubriendo los entresijos de Quixote.

Y cual racimos de uvas, entramos al lagar de la bodega, donde Antonio, poco a poco, nos enseña cómo están fermentando los mostos. Aquí huele a lácteos, levaduras. Nos acercamos a los depósitos y cada uno de ellos guarda un secreto: unos a café, otros a capuchino, el merlot a flores secas... Nuestros sentidos se preparan para este gran viaje. La variedad Cencibel está fermentando y a través de pequeños rayos de luz podemos ver algo mágico, minúsculas burbujas suspendidas en el aire.

Este bonito paseo está terminando y lo hacemos catando Quixote Cabernet sauvignon - Syrah 2005. Todo lo que hemos aprendido, todo lo que hemos disfrutado, ahora lo saboreamos.


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viernes, 3 de septiembre de 2010

Cigarral de Santa María: El jardín de las delicias



La ciudad de las tres culturas, imperial y majestuosa, nos recibe. Nuestro destino: “El Cigarral de Santa María”, una de las cuatro viñas urbanas del mundo. Javier Muñoz nos aguarda y comienza el paseo; nuestros pasos nos guían hasta el pequeño viñedo de “Pago del Ama”, donde Javier comienza, mientras probamos diferentes variedades de uva, la misma uva que en unos días quedará recogida minuciosamente, a involucrarnos en este bonito sueño hecho realidad. Nos desvela secretos y sentimientos. Cómo comenzó todo, cómo años atrás, en 1998, el Cigarral era el lugar de recreo de la familia Muñoz García, donde pasaban tardes agradables, recogiendo espárragos. Es entonces cuando este pedazo de tierra les enamora y construyen sus primeros cimientos, en este maravilloso lugar: una pequeña casita. Pero… faltaba algo. Faltaba un jardín. ¿De rosas? ¿De violetas? Estas dos flores ya estaban presentes en la familia: su madre y su hermana. Pero entonces ¿de qué? Lo supieron cuando Adolfo, en una visita a la bodega de Carlos Falcó, Marqués de Griñón, cató uno de sus vinos, un Syrah, y descubrió que estas tierras pueden dar grandes sorpresas. Entonces llegó a casa con una idea muy clara: ¡ese maravilloso jardín sería… de viñas! Y así es como decidieron plantar Syrah, y Merlot, Cencibel, Cabernet Sauvignon…


A cada paso, todo lo que nos rodea nos va enamorando, como años atrás le sucedería a la familia Muñoz García. Javier nos desvela la gran riqueza que hay en este suelo: granito, cuarzo, roca madre. Bajo nuestros pies se desvelan los secretos de este viñedo. Tierra, agua y aire, la Madre Naturaleza nos hace un gran regalo. Tomillo, romero (aromas que nos rodean), todo ello forma parte de un entorno de paz y armonía.


Poco después seguimos nuestro paseo acercándonos a la bodega que, para sorpresa nuestra, está en el garaje y parece de juguete. Aquí no hay normas, no hay química, ni levaduras, no hay tiempo, tan solo cariño y buen hacer de una familia con alma. Javier va desgranando así “Pago del Ama”, empezando por el nombre: La palabra “Pago” como dominio, dejando claro que se elabora en el mismo entorno y espacio, y “Ama” como tributo a la madre, a la madre que nos trae al mundo y a la madre Tierra que nos acoge y cuyo fruto podemos disfrutar, entre otras formas, en forma de vino. De esta manera llegamos a la pequeña sala en la que nos aguarda el mayor tesoro: las barricas, donde el vino, en silencio, alcanzará su plenitud y donde descubrimos el misterio que esconde un fabuloso Syrah 2008.

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