Los promotores del proyecto Vitis Natura, el matrimonio formado por Conchi y Antonio, son herederos de una tradición enológica de más de 60 años. Concienciados desde siempre con la protección del medio ambiente y una vida saludable, deciden emprender el camino para conseguir que sus vinos sean certificados como ecológicos. Por eso, las uvas que cultivan en un viñedo de cuatro hectáreas no sufren ningún tipo de tratamiento de plaguicidas, insecticidas y herbicidas y se abonan únicamente con estiércol. Una filosofía que también han tratado de seguir al máximo en la construcción de la bodega, donde la madera, el hierro y la piedra predomina sobre otros materiales.
Está situada al sur de la provincia de Cuenca, a una altitud aproximada de 800 metros, enmarcada en una tierra de viñedos por excelencia, entremezclados con pequeños núcleos de pinares y encinas autóctonas características de la zona. Un paisaje para relajar los sentidos, que dista 2,5 kilómetros de la población más cercana, por lo que sus propietarios decidieron obtener la energía eléctrica mediante paneles solares y un pequeño molino de viento.
Su convencimiento ecológico lo combinan con prácticas vitícolas concretas para obtener caldos de calidad, tales como la baja producción, la vendimia en verde, la recolección o la descarga manual en cajas de 15 kilos. Todo encaminado a seleccionar los mejores frutos. Pretendemos que nuestro vino sea único, que se diferencie y que al mismo tiempo mantenga su personalidad por lo característico del ensamblaje de las variedades. Realizamos los Coupages en el campo, utilizando cantidades y variedades que según sus cualidades y características, y cultivadas en la proporción que hemos estimado oportuna, aportan al vino lo que deseamos, comentan. Así, el vino que obtienen es un ensamblaje de seis variedades: Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc, Syrah, Merlot, Petit Verdot y la autóctona Bobal, para garantizar al consumidor un producto no solo saludable, sino también placentero.
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